Volveré
como el ciego
de cada noche
como los problemas
todas las mañanas.
Esperaré
acatando las órdenes
del tic-tac del tiempo
a la horca.
Alma condenada,
entristecida,
echándote en falta
como la ciudad
las luces
las calles
a la noche
en sus amaneceres
más fríos.
Como yo
a ti,